En la primera parte se estableció que tiene cierta base real la aparente paradoja de cómo adelgazar sin hacer dieta. También se reseñó que una dieta no implica pasar hambre, sino comer bien. Y que el precio a pagar para adelgazar sin pasar hambre, ni excesivo sufrimiento es de bajo coste, ya que consiste en adquirir un poco de práctica a la hora de planificar tus comidas y de elegir tus alimentos, además de realizar pequeños cambios en tus hábitos de vida, como por ejemplo llevar un control del peso.
La suma de poco, a largo plazo tiene efectos muy beneficiosos para tu salud, y más teniendo en cuenta que entre los 30 y 40 años debemos empezar a cuidarnos de verdad.
En el anterior post, como profesional de la nutrición comencé a introducirte en la vida sana. En esta segunda y última parte, añado más pautas de comportamiento que redundan en tu buena salud y en la pérdida de peso.
El desayuno y las demás comidas
¿Es el desayuno la comida más importante del día? Como la palabra indica “des-ayuno”, quiere decir romper el ayuno, así que ya sea antes o después a lo largo del día lo acabaras haciendo en el momento que ingieras alimento.
No todos somos iguales, por tanto, no hay una rutina de alimentación perfecta o ideal, al igual que no hay un desayuno ideal. Se trata de conocernos y de actuar en consonancia con nuestro organismo, siempre y cuando nos aseguremos un aporte nutritivo y energético a través de alimentos sanos que nos permitan afrontar el día con energía, optimismo y sobre todo con mucha salud.
Mi desayuno perfecto en los días laborables incluye una pieza de fruta, café o te con leche o bebida vegetal, y una tostada de pan integral con millones de combinaciones y toppins posibles, como tomate, queso, jamón o pavo, huevo, aguacate, nueces, sésamo, pasas, según lo que me apetezca cada día.
Los fines de semana a veces no tomo tostada y me hago un smoothie con fruta y verdura, yogur, kéfir o simplemente desayuno fruta y café… me gusta escuchar a mi cuerpo. Mi consejo es que tú también lo escuches.
Pero sí de repente has decidido adelgazar no empieces con la opción de suprimir comidas. Parece una contradicción, pero en realidad para perder peso un ayuno repentino no es la opción más sensata.
Saltarse comidas, como la cena, es un error común que puede comprometer a tu estado físico, y el efecto rebote del peso es una prueba de las consecuencias de los periodos de hambre y la mala gestión en tu alimentación.
No luches contra los antojos: sustitúyelos
El picoteo entre horas de chuches o snacks industriales, es el enemigo principal de la dieta. A menudo, estos pequeños antojos son producto de una necesidad psicológica que nada tiene que ver con el hambre.
Se puede aprender a manejar los antojos, por ejemplo, sustituyéndolos por una infusión o tentempié saludable que te proporcionan buen ánimo y ayudan a bloquear el hambre psicológica en cuanto surge.
Aprende, con ayuda de tu nutricionista, a equilibrar tu relación con la comida. La comida es un placer, y no debes desarrollar una relación neurótica con ella. El acto de comer es a menudo emocional: algunas personas comen cuando sienten ansiedad, aburrimiento o soledad.
Prepara comidas caseras
Si preparas tus comidas, controlas todos los factores: ingredientes, cantidades y métodos de cocción. Diviértete con experimentos: sustituye ingredientes por su versión más sana, como la quínoa en lugar de cereales refinados (como la pasta).
Asesórate: existen programas de alimentación desintoxicantes que resultan nutritivos, limpian el organismo y combaten el estrés aportándote una dosis de energía que te ayudara a sentirte bien.
Bebe agua para adelgazar
El agua es importante para mantener la función física y mental y regular la temperatura corporal. Es recomendable beber al menos 2 litros de agua al día, esto te ayudará a eliminar toxinas a través de la orina y el sudor.
Beber agua o infusiones antes de las comidas ayuda en la regulación del apetito y la saciedad. La ingesta de agua, aumenta el gasto energético en reposo, con esto no te sugiero que bebas agua de forma compulsiva pero sí que tengas en cuenta que beber 2 litros diariamente contribuye también en la pérdida y mantenimiento del peso.
Siempre explicó en consulta que, durante el proceso de adelgazamiento, muchas sustancias tóxicas que se encontraban almacenadas en el tejido adiposo, pasan al torrente sanguíneo, y de ahí al hígado, riñones… por lo que bebiendo agua estamos colaborando a su eliminación.
Relájate y respira
Relajarse y aprender a respirar bien es otro método de adelgazar sin dieta. Por un lado, en cuanto a la reducción del estrés. Por otro, para evitar la hiperventilación, o una respiración demasiado rápida.
En momentos de tensión, respiramos mal y expulsamos poco CO2. La consecuencia es una mala oxigenación de los tejidos lo que aumenta la acumulación de grasa corporal.
Espero que te haya servido de ayuda, pero sí tú sol@ no puedes, estaré encantada de ser tu guía. Mi objetivo es ayudarte a cumplir tus objetivos de salud.